Estoy aquí en medio de ustedes y me conecto con sus corazones.

Yo te aprecio; siente mi amor y calor.

    Todos ustedes necesitan calor; han extrañado la calidez y el amor en sus vidas. Has venido a la Tierra con un recuerdo, un conocimiento interior de lo que es el amor. Conocías el amor ilimitado y absoluto, no el amor dependiente y posesivo que prevalece tanto en la Tierra. Conociste un amor libre y abierto que le da a la otra persona el espacio para ser quien es y también te da el espacio para ser quién eres. En ese espacio libre, puede sentirse seguro y protegido, anclado en su propio ser.

   Has venido aquí para traer ese tipo de amor a la Tierra. Ustedes son trabajadores de la luz, portadores de una nueva conciencia. Pero para difundir esa luz y ese amor aquí, es necesario que primero lo recuerdes por completo. El verdadero significado del amor es: libertad en seguridad. Y eso sucede cuando se le permite desarrollarse al máximo, radiante y poderoso, pero al mismo tiempo, muy suavemente con ternura. Esa es tu verdadera naturaleza; eso es lo que eres. Eres un ángel que ha venido aquí para plantar las semillas de la luz; recuérdalo.

   Pero hacer eso aquí es una tarea sumamente difícil, porque cuando naciste siendo un bebé, entraste en el olvido y perdiste el recuerdo de tus orígenes. Absorbiste todas las pesadas energías humanas – los miedos, la tristeza, el dolor que dominan la atmósfera humana en la Tierra y las asumiste. A menudo, en la primera mitad de su vida, se pierde en estas energías porque se identifica con ellas. No puede distinguir entre lo que absorbió y lo que realmente es, por lo que pierde el dominio de la vida. Pero en el nivel más profundo sabes que hiciste este sacrificio para eventualmente transformar, desde adentro, las pesadas energías humanas en la Tierra; para encender la luz desde dentro.

   Ese es el propósito de su salto a la encarnación en la Tierra. Y ya ha llegado tan lejos que ha comenzado a despertar interiormente. Gradualmente estás recordando quién eres: la luz y la libertad; la flexibilidad de tu verdadera naturaleza. Ahora mismo, en este momento, permita que esos sentimientos se despierten, de manera bastante deliberada, en todas las células de su cuerpo. Tu cuerpo es un ser consciente, no solo un trozo de materia. Vive de lo que hay dentro de ti y tu conciencia es su máxima autoridad.

   Lo que en última instancia determina la condición de tu cuerpo no son las influencias materiales. Al final, eres tú quien determina esa condición a través de tu conciencia. Ahora eres consciente de tu luz, tus orígenes, tu ser ángel. Suelta las ataduras de la atmósfera humana de la Tierra para que, en la medida de lo posible, las energías humanas de desesperación, dolor y sufrimiento no te afecten. Estás lleno de luz, fluye dentro y alrededor de ti, ¡eres tú! La luz no viene de arriba, ni de afuera, viene de adentro. Atrae su alma y le da la bienvenida a la Tierra.

   Ahora imagina el color de tu alma y deja que fluya a través de tu aura desde tu cabeza hasta tus pies. Haga que su alma sea bienvenida y sepa que es independiente de las influencias pesadas y perturbadoras de la atmósfera humana. Encuentra ese núcleo original yendo a tu corazón. Sienta cómo hay una fuente de luz cristalina allí. Y en ese cristal, en esa fuente, hay un conocimiento, un sentimiento interior, que te ofrece todo lo que necesitas. Sienta la claridad, la sencillez y el amor en la energía de ese cristal y sepa que es libre.

   Ahora observe una situación en su vida diaria que le haga sentirse pesado o agitado. Imagina que la luz de tu corazón fluye hacia esta pesadez y rodea la situación con tu luz interior, la luz de tu alma. Luego vea su respuesta a la situación: o la deja en paz o intenta transformarla; o te mueves hacia él o te alejas de él. Siéntase libre y sin ataduras para hacer lo que crea que es correcto. No depende de nada ni de nadie más para sus elecciones.

   Tu núcleo divino es eterno y sabio, y enormemente fuerte. Deje que su luz brille libremente, no tenga miedo. Esta luz es lo que necesita en la Tierra. Hay mucho dolor y sufrimiento en la Tierra y tú has sido parte de ello. Sabes lo que es sufrir dolor, estar cegado por ilusiones de miedo e impotencia. Esta experiencia les ha dado una profunda humanidad y es parte de su camino para volverse plenamente conscientes. Acepte esta experiencia, pero salga de ella y libérese de ella. Recuerda quien eres: ¡eres un maestro!

Plantarás las semillas de la conciencia y serás libre de experimentar la alegría y dejar ir el sufrimiento mientras lo haces.

Muchas gracias por su atención. Los quiero a todos. Yo Soy Jeshua A través de Pamela Kribbe

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Publicado por «Isis Alada»

           Besabrazos.           J.M.Kimbo

02/11/24

DEJA QUE TU LUZ BRILLE

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